Todo lo que había encontrado de posibles departamentos en la zona que me interesaba, estaba fuera de lo planeado, o eran demasiado caros o demasiado grandes; todo parecía complicarse. Finalmente, un día voy a ver un departamento que encontré a tan sólo 4 cuadras de mi oficina; resulta que es pequeño, bonito y al alcance del bolsillo, así que sin dejar pasar más tiempo decido que ese es el lugar que cumple con todas mis necesidades y que lo quiero.
Después de todos los trámites necesarios me entregan el viernes 1 de junio mi departamento. El problema es que mi hermana tenía su graduación ese fin de semana en Aguascalientes, por lo que tuve que irme para allá sin poderme mudar aún. Ya estando allá (y después de la fiesta) le platiqué a mi familia que ya tenía casa nueva y que me iba a vivir sola.
Ese mismo domingo, regresé de Aguascalientes, llamé a mis amigos y nos fuimos a mi casa a empacar mis cosas y llevarlas a mi nueva casa.
Muchas gracias a Carlos, George y Pad, eso es ser buenos amigos!!!
Después de eso le siguió la compradera de muebles (refrigerador, cama, sillas, etc.) y los inherentes problemas que surgen cuando pones una casa.
Todavía hoy no tengo todo lo que necesito (me hace falta un sillón en donde la gente se pueda sentar y que no terminen en el piso como cavernícolas) pero estoy más feliz de lo que nunca había estado en mi vida.
Muchos me preguntan que si no me siento solitaria al despertar, irme a acostar o comer sola, pero los que me conocen bien, saben que no, que no extraño nada y que estoy de verdad feliz.
Les comparto unas imágenes de mi nueva casita: